[David
Espino]
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Fue
el 5 de abril y con éstas, van 19 mujeres asesinadas en apenas 20
días.
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Los
homicidios contra mujeres han estado ocurriendo a la par de las
ejecuciones ligadas a la narcoviolencia o a los asesinatos comunes.
La investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero, Rosa Icela
Ojeda Rivera, tiene un registro de 64 mujeres asesinadas desde enero
hasta el 16 de abril en todo el estado, 35 de los cuales ocurrieron
en Acapulco. Y aunque dice que no todos pueden considerarse como
feminicidios, juzga alarmante el número de casos.
Para
la procuradora de Justicia del Estado, Martha Elba Garzón Bernal, de
29 casos que tienen registrados en Acapulco, sólo dos podrían
considerarse como crímenes de odio. Y la secretaria de la Mujer,
Rosario Herrera Ascencio, que también tiene su registro (19
asesinatos en todo el estado),
lo lamentó mucho y por eso, en declaraciones a la prensa el 16 de
abril, pidió a las mujeres “que
no se involucren en cosas que tiene que ver con la delincuencia
organizada”.
Dijo:
“Y esto lo hemos observado: que por amor las mujeres se van
involucrando con la pareja y entonces son víctimas de esa relación
sentimental y representan no tan solo un problema de seguridad
pública sino un problema social”.
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Una
semana antes de las ejecuciones en El Quemado, el 27 de marzo, fue
hallada una fosa clandestina en Iguala, con cuatro cadáveres, uno de
los cuales era de Catalina Gómez Bahena, de 37 años; era de Taxco y
su familia se dedicaba a la platería. Más tarde, el 6 de abril,
Josefina Piza Ramírez y María del Rosario Román Jiménez fueron
ejecutadas en un restaurante de la colonia El Porvenir, en Acapulco.
En este ataque una mujer más resultó herida. Fue a las 4:00 de la
tarde cuando hombres armados llegaron al resturante Sammy, propiedad
de Josefina, de 52 años, y dispararon en su contra. Josefina quedó
sentada en una silla blanca de plástico y María del Rosario, de 30
años, tirada en el piso de la fonda.
Al
día siguiente, fue asesinada Gregoria Guzmán Ramírez de varios
disparos, algunos en la cabeza, en una tortillería en la colonia
Cumbres de Figueroa. Todo ocurrió muy temprano, a las 8:00 de la
mañana. Su cuerpo cubierto sólo con una bata de dormir quedó
tirado boca arriba en la puerta principal de la casa donde vivía
como encargada del negocio. Tenía 26 años y era de Ayutla de los
Libres. El 9 de abril mataron a tres mujeres, las tres en Acapulco.
El primer caso ocurrió en la clasemediera Costa Azul, a unos metros
del Ministerio Público que siempre está vigilando por agentes de la
Policía Ministerial.
Ocurrió
a las 6 de mañana, cuando una chica de 20 años que no fue
identificada, fue encontrada muerta, tirada en la calle en ropa
interior, a unos metros de la franja turística del puerto. Su cuerpo
tenía huellas de golpes y heridas de navaja en el cuello y en los
cachetes. A la misma hora, pero en la colonia Vacacional, en los
suburbios del puerto, fueron asesinadas Brigette Pachuca Suárez, una
chica de 19 años, y su madre Minerva Suárez Gómez, de 43. Ambas
iban a vender café y pan a los comerciantes de un mercado que está
cerca del lugar. Los testigos indican que Brigette se dio cuenta que
las seguían y trató de huir, pero las balas la alcanzaron por la
espalda. Su madre ya estaba tirada en el suelo con su mercancía
esparcida en la avenida El Quemado, juntos con cascajos de pistola .9
milímetros.
Y
el 11 de abril, Paula Hernández Marchán, de 60 años, fue asesinada
a puñaladas en un poblado de Teloloapan. Junto con ella fue herido
su esposo, Eleuterio Ibarra, de 70 años. El viernes 12 fue
encontrado el cuerpo de una mujer en estado de descomposición. El
hallazgo ocurrió a las 6:30 de la tarde, en la colonia La Frontera,
colindante a Ciudad Renacimiento, en un camino de terracería que
lleva a otra colonia, La Testaruda, en el mismo polígono urbano.
Aunque no fue identificada, los forenses calcularon que tendría una
semana de haber sido asesinada de un disparo en alguna parte de
cuerpo, porque en el área hallaron un casquillo de pistola calibre
.9 milímetros.
Habían
pasado apenas 48 horas del último asesinato, cuando el 14 de abril
dos mujeres más fueron ejecutadas en distintos puntos de Acapulco.
Las dos casi al mismo tiempo, a las 3:00 de la tarde. El primero
ocurrió en la colonia Ampliación López Portillo, en la calle
Veladero. Allí fue asesinada Gloria Reyes Macedo, de cinco disparos
calibre .45 milímetros. Su cuerpo quedó frente a una tienda llamada
El
24,
hasta donde la siguieron los hombres que dispararon en su contra. El
segundo homicidio fue en una boda en San Pedro Cacahuatepec, poblado
de Acapulco, donde el hijo de Esperanza Navidad se casaba. Esperanza
de 38 años estaba en la fiesta atendiendo a los invitados, cuando
hombres armados entraron directo a dispararle.
Y
el 15 de abril la violencia en medio de la cual fue asesinada
Ernestina Salinas Cerón acabó con toda una familia. El crimen
ocurrió en la sierra de Atoyac, en el poblado de Pie de la Cuesta a
las 11 de la noche, hora en la que llegó un grupo de 30 hombres
armados hasta su casa, les dispararon con rifles AK-47 y mataron
además de Ernestina a su esposo Salomón Villa Márquez, y a sus
hijos Salomón, Gustavo y Ulises de 27, 22 y 17 años. Luego de eso
la casa fue incinerada con los cuerpos adentro. Dos mujeres más se
salvaron de ser asesinadas, una hija menor del matrimonio Villa
Salinas y la esposa de Salomón que clamaron por sus vidas y fueron
perdonadas.
Al
siguiente día, en Acapulco, fue asesinada la policía María Ercilia
Santacruz Sánchez, cuando viajaba en un camión urbano de la ruta
Costera-Cien Río-Caleta. El camión circulaba por una de las vías
más transitadas del puerto, la avenida Cuauhtémoc, a las 8:00 de la
mañana, con unos 25 pasajeros. Fueron dos chicos que se subieron
metros después al vehículo, los que le dispararon con pistolas
súper especial al mismo tiempo, uno en la cabeza y otro en el
cuerpo. El chofer, que no hizo más que frenarse, dio oportunidad de
que los agresores huyeran mientras el cuerpo de María de 29 años,
madre de tres menores, se desangraba tirado en medio del pasillo. Los
pasajeros también aprovecharon para salir corriendo por la puerta
trasera.
Mirna
Nereida Islas Bustos y su mamá Mirna Bustos García fueron
asesinadas el 17 de abril muy temprano en un poblado de Zihuatanejo.
Mirna Nereida, que sólo tenía 15 años, y su madre, de 45, iban a
ordeñar unas vacas cuando fueron agredidas. La chica tenía golpes
en la cara, y su madre un disparo en la cabeza. Sus cuerpos fueron
hallados en El Sandial, un pueblo cercano a Real de Guadalupe, de
donde eran. Nunca llegaron al rancho El Cacao, a donde se dirigían
para hacer sus labores cotidianas.
Y
el 23 de abril, otra vez una madre y su hija fueron asesinadas, esta
vez en su casa, en la colonia Tecnológica, en Acapulco. Laura
Martínez Tapia y Yuridia Aguirre Tapia, de 50 y 23 años, estaban en
la sala de estar cuando, según testigos, unos hombres llegaron a
tocar a su puerta. Laura se paró a abrir y los hombres la forzaron a
entrar y les dispararon a ambas. Eran como las 11:00 de la mañana,
sus cuerpos quedaron tirados adentro de la vivienda y la puerta de la
calle, muy cercana a la Central de Abasto por donde hay una constante
circulación de automóviles y transeúntes, abierta de par en par.
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